Red Mujeres Rurales, con sus delegadas representantes por Argentina, participó de la entrega del Comunicado W20 2024 a los líderes del G20, destacando el compromiso por la equidad de género y el fortalecimiento económico de las mujeres. En el país, lo recibió Federico Pinedo.
Fabiana Menna (Fundación Gran Chaco), Andrea Grobocopatel (Fundación FLOR) y Silvia Taurozzi (Irradia y Marianne), delegadas por argentinas y representantes de Red Mujeres Rurales, participaron activamente en la elaboración y entrega del Comunicado W20 2024 en el marco del G20 en Brasil. En Argentina, el documento fue presentado a Federico Pineda, a cargo de la “Unidad G20”, junto a Mabel Bianco, Gala Díaz Langou y Natalia Gherardi.
El Comunicado W20 2024 insta a los líderes del G20 a implementar medidas concretas en favor de la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres, con el cumplimiento de compromisos previos asumidos en las nueve declaraciones anteriores. Este año, el W20 pone especial énfasis en el cumplimiento del compromiso de Brisbane de 2014, conocido como “25×25,” para reducir en un 25% la brecha de participación laboral femenina para 2025. Sin embargo, según el informe de OIT/OCDE 2024, solo la mitad de los países del G20 están en camino de alcanzar esta meta.
Las recomendaciones de este año abarcan cinco áreas prioritarias: el acceso de las mujeres empresarias a financiación, capital y mercados; el desarrollo de una economía de cuidados; la participación en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas); la justicia climática; y la eliminación de la violencia contra mujeres y niñas. También se destaca la necesidad de una inversión estructural en servicios de cuidado y políticas laborales que promuevan un balance entre el trabajo y la vida personal, con una propuesta de ampliación del permiso parental remunerado.
El W20 2024 llama a los países a reducir la brecha digital de género para 2030, mejorar el acceso a STEM y adoptar políticas inclusivas que atiendan la interseccionalidad, abarcando a mujeres de comunidades rurales, afrodescendientes e indígenas. En esta línea, se exige la creación de un cuadro de mando que haga seguimiento anual de los avances en género, con datos desagregados y monitoreo específico del trabajo no remunerado y la violencia de género.