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Agrobionegocios: cuando la sostenibilidad impulsa el negocio

Una oportunidad estratégica para el agro argentino, con una visión a largo plazo que incluye el cuidado ambiental, impacto social y la generación de rentabilidad.

La sostenibilidad dejó de ser una aspiración para convertirse en una necesidad concreta y estratégica dentro del sector agropecuario. Frente a un escenario donde los mercados exigen trazabilidad ambiental y social, y donde los productores deben adaptarse a desafíos climáticos y económicos, distintas voces del sector se reunieron para reflexionar sobre cómo alinear impacto positivo con rentabilidad.

En el marco del Primer Congreso Internacional de la Red Mujeres Rurales, realizado en Expoagro 2025 bajo el lema “Agrobionegocios: con innovación e inclusión”, se llevó a cabo el panel “La sostenibilidad es negocio”. Participaron Juan José Blanchard (CEO de Louis Dreyfus Company), Gustavo Idígoras (presidente de CIARA-CEC), Mercedes Borras (gestora de Impacto Verde y miembro de la Red Mujeres Rurales) y Santiago Angelillo (presidente de Rincón de Corrientes). El panel fue moderado por Nanette Giovaneli, presidenta de CAPA, conductora del programa Amadas y referente de la Red.

Durante el intercambio, se coincidió en que la sostenibilidad dejó de ser un complemento para convertirse en una condición para hacer negocios. “La sustentabilidad es clave. El negocio, el ambiente y las personas son clave para que sea sustentable en el tiempo. No hay manera de lograrlo si no es con innovación”, expresó Santiago Angelillo, quien lidera una empresa que trabaja con ganadería regenerativa. También señaló que “la cultura es la barrera más grande que tenemos que cambiar para poder pensar de otra manera, para dejar de pensar de una manera lineal”.

Desde una perspectiva integradora, Mercedes Borras remarcó que “hay cambios de paradigma respecto a las formas de producción y tal vez no es tan tangible el negocio o el beneficio económico. Pero hacer las cosas bien en términos sociales y ambientales, respetar los ciclos naturales del ecosistema donde nos toca trabajar, sin lugar a dudas nos da una sostenibilidad en el largo plazo”. Y añadió un punto crucial: “Con pequeños productores, el efecto de la degradación del ambiente se vive de primera mano, fundamentalmente mujeres y niños”.

Mercedes Borras y Juan José Blanchard

El diálogo también abordó el impacto directo de la degradación ambiental en las zonas rurales, los desafíos climáticos, la necesidad de prácticas productivas resilientes y la urgencia de repensar el vínculo con los recursos naturales. Se destacaron experiencias concretas que demuestran que producir cuidando el ambiente es posible, y que, en muchos casos, ya es más rentable. «Estamos haciendo una ganadería diferente a como se produce desde hace 100 años y siempre buscamos mejorar la productividad y el ambiente. No se me ocurriría trabajar de otra manera que no sea con el ambiente incorporado», resumió Angelillo.

En ese contexto, la trazabilidad y las certificaciones emergen como herramientas clave para acceder a mercados internacionales cada vez más exigentes. Juan José Blanchard lo sintetizó: “Llega un punto que, si no hacemos las cosas bien, no vamos a poder llegar a ese consumidor que está pidiendo productos más saludables, más trazables”. Y explicó que se trata de “una conjunción de cosas: la demanda genuina, cambios en los hábitos alimenticios y también regulaciones que van impactando en la demanda”.

Por su parte, Gustavo Idígoras planteó que “hoy es una realidad: todos los lotes de producción de soja de Argentina no tienen solo que pensar en rendimiento. Es una carrera de cumplimiento social y ambiental, pero también una carrera económica”. En esa línea, remarcó que “no nos podemos autopercibir sustentables. Lamentablemente, hay que demostrar que somos sustentables. Individualmente cada uno debe demostrar que todos sus productos y cada lote de producción lo es”. Idígoras explicó que desde hace cuatro años trabajan en una propuesta colectiva, VISEC, una plataforma de trazabilidad que involucra a toda la cadena: “Decidimos que no nos podíamos salvar individualmente si no nos podíamos salvar colectivamente. Lo cual es un riesgo, porque también nos podemos hundir colectivamente”.

Juan Jose Blanchard y Gustavo Idigoras

La conversación abordó también cómo las nuevas regulaciones internacionales —como las normativas de la Unión Europea— exigen verificar que la producción esté libre de deforestación y cumpla con normas laborales y de derechos humanos. Esto plantea desafíos técnicos, pero también grandes oportunidades para Argentina. “La sustentabilidad social y ambiental es una enorme oportunidad para el país. Ya hay países que nos compran por demostrar esa sustentabilidad en la producción”, subrayó Idígoras.

En este mismo sentido, Juan José Blanchard ponderó que destacó que “en Argentina estamos todos de acuerdo en una única metodología de trazabilidad, que no pasa en otras partes del mundo, y tenemos una logística muy eficiente. Tenemos una oportunidad única en el mundo”.

Red Mujeres Rurales

Otro eje del panel fue el potencial de innovación a partir del uso de recursos locales y la valorización de productos con identidad. Se mencionaron casos como la producción de harina de algarroba, mejoras en procesos de molienda y secado, y la creciente adopción de prácticas de agricultura regenerativa. También se reflexionó sobre el papel clave de las mujeres en estos procesos. “La pasión que las mujeres ponen en su trabajo impacta. Eso se ve en todos los sectores. Hay un potencial enorme en sus redes y eso se empieza a notar cada vez más”, destacaron.

Finalmente, se abordó la importancia de construir redes colaborativas que permitan enfrentar los desafíos comunes, superar la desconfianza y transformar el ecosistema productivo desde la innovación, la inclusión y el compromiso con el futuro.